La carrera de Brad Pitt está marcada por muchos éxitos durante toda su filmografía, si bien es uno de los actores más reconocidos del mundo por su belleza. En 2004 protagonizó uno de sus trabajos más importantes, como lo fue Troya.
Allí, Pitt interpretó a Aquiles y sobre ese trabajo en particular reveló: "No fue doloroso, pero me di cuenta de que la forma en la que se contaba la película no era como yo quería. Cometí mis propios errores con eso. ¿Qué intento decir de Troya? No podía salirme de la mitad del plano. Me estaba volviendo loco. David Fincher me malcrió. No es un desaire contra Wolfgang Petersen. Das Boot (1981) es una de las mejores películas de todos los tiempos, pero, en algún momento, Troya se convirtió en algo comercial. Cada plano era en plan: '¡Aquí está el héroe!'. No había misterio".
Además, el actor comentó: "Me decepcionó. Cuando intentas encauzar las cosas en tu carrera, te dan muchos consejos. La gente te dice que deberías estar haciendo esto, otros que deberías estar haciendo lo otro. Hubo un proyecto que fue la película decisiva que nunca hice, una película de los hermanos Coen titulada To The White Sea. Tuvimos la oportunidad de hacerlo, pero después se canceló. Luego surgió otra oportunidad interesante y, en lugar de esa, me convencieron: 'No, tienes que estar haciendo esto otro. Puedes dedicarte a tu proyecto de arte después'. Terminé siguiendo ese consejo".
Por este motivo, tomó una decisión crucial para su vida: "Por entonces, tomé la decisión de que solo iba a invertir en historias de calidad, a falta de un término mejor. Fue un cambio distintivo que condujo a la siguiente década de películas", sostuvo.