TOMA NOTA

Cómo rearmarnos luego de una ruptura amorosa

Los expertos hablan de 5 fases, cuáles son y como atravesarlas

TOMA NOTA

Cómo rearmarnos luego de una ruptura amorosa

 

Esta semana, publicamos en nuestra web una nota de Carolina Baldini, la ex mujer del “Cholo” Simeone, quien compartió su vida junto al ex futbolista y ahora DT durante largos 20 años, con 3 hijos en común y una dedicación casi exclusiva de ella para con él (Leer aquí: https://comunidad.fan/noticias/carolina-baldini-la-ex-del-cholo-simeone-sin-caretas ).

 

A partir de allí surgen decenas de interrogantes en relación a cómo rearmarnos luego de una ruptura, sobre todo, cuando parte de nuestra vida fue construida en rededor de la otra persona -en el mejor de los casos- por proyectos en común y en muchos otros casos, apuntalando el proyecto ajeno.

 

Expertos en la materia sostienen que al igual que en un duelo frente a una pérdida, la ruptura amorosa y el proceso posterior a ésta se compone de cinco fases que inevitablemente atravesaremos, y que si bien no está determinada su duración, podrían estimarse en dos años aproximadamente. La inicial sería el shock o la negación, cuando recibimos la noticia y no nos entra en la cabeza. A veces, esta instancia de sorpresa, la atravesamos incluso cuando quienes tomamos la decisión somos nosotros, ya sea porque no podemos creer haber llegado a ese punto o porque incluso, frente al planteo, esperábamos una reacción diferente de la otra parte.

 

Luego vendría la fase del enojo y la culpa, en la que empezamos a estar furiosos, sentimos ira y culpa en función de nuestro papel en lo sucedido. Comenzamos aquí a pensar y repensar cada palabra, cada situación y sobre todo, comienzan los pensamientos hipotéticos relativos a “qué hubiera pasado si hubiera hecho/dicho/no dicho…”. Un espiral tan infructuoso como torturante.

 

Pasaríamos luego a la fase de la tristeza y el dolor; tomamos contacto con la realidad y nos invade la tristeza, y sobre todo el miedo a que la otra persona encuentre a alguien, a quedarnos solos. No es casual que esta etapa venga luego de la culpa, porque comenzamos pensando que si hubiéramos hecho algo diferente, no se habría terminado y simultáneamente, si la otra persona rehace su vida con una nueva pareja, pensamos inmediatamente que el problema -claramente- era nuestro.

 

Finalmente, llega la aceptación y el perdón. Cerramos el círculo en el que advertimos que nada de lo sucedido podría haber sido diferente y que cada pieza cayó en el lugar exacto. Entonces viene la parte más difícil, y ahora ¿qué hago conmigo?

 

Comienza un proceso involuntario de autoconocimiento y autodescubrimiento. Tengo que volver a tomar contacto conmigo, pensar en mis gustos, en mis preferencias, en mis hobbies. Pero, ¿sé lo que me gusta? Luego de una vida de postergación, es muy probable que me sea más fácil saber qué le gusta al otro o, estar preparado para escuchar más los requerimientos ajenos que los propios.

 

No hay recetas mágicas y mucho menos exactas; la respuesta es: paciencia con nosotros mismos. Darnos tiempo, no apresurar, no forzar. Tratarnos como siempre hemos tratado a otros. Nuestro verdadero YO florecerá, más temprano que tarde. ¡Nos abrazo!