Si hay una hipótesis que Gran Hermano tiene categóricamente probada, es que es imposible la convivencia armónica entre seres humanos en un contexto de encierro 24/7, sin posibilidad de cambiar de entorno y encontrándote sistemáticamente todos los días a toda hora con las mismas caras. Sin vida social y casi sin temas de conversación, la actividad que reemplaza el diálogo es sin dudas el conflicto. Particularmente, esta nueva edición de la casa más famosa del mundo tiene un grupo un tanto conflictivo, con personalidades fuertes y marcadas que no dejan pasar una.
Esta vez, fue el turno de Bautista, quien acusó sin pelos en la lengua a Catalina y, aparentemente, fue apoyado por sus compañeros. En medio de un juego en el que se recrea un tribunal y se hacen acusaciones, el participante, al ser consultado por si tenía alguna denuncia que formular, no dudó en afirmar: "Acuso a Cata. Acuso a Catalina de no colaborar con la limpieza de la casa."
El resto de sus compañeros, lejos de sorprenderse por los dichos de Bautista, asintieron como si estuvieran frente a una verdad revelada. Lo más llamativo fue que ni siquiera a la propia acusada le llamó la atención la denuncia, quien sin titubear asintió que era verdad y que el denunciante tenía razón. Con honestidad brutal reconoció: "Es verdad, no limpio y no cocino, no me gusta y no sé cocinar. Si me piden para hacer algo lo hago." A confesión de parte, relevo de pruebas, por lo que finalmente y para zanjar cualquier diferencia, Bautista suavizó: "Cata no se caracteriza por limpiar y está todo bien, cada uno aporta de su lado a la casa".