Julieta Poggio compartió en Almorzando con Juana la intensidad del choque que sufrió al regresar a la vida real tras el encierro, confesando que sufrió su primer ataque de pánico: “No entendía lo que me pasaba, sentía que me faltaba el aire y que no podía controlar mi cuerpo”.
Relató que la explosión emocional ocurrió cuando le devolvieron el celular y se enfrentó a cinco meses de exposición condensados en reproducción de clips: “Fue mucho porque yo era re chica, tenía 21 años” . Esta experiencia derivó en una búsqueda activa de ayuda profesional y el inicio de terapia; según ella misma contó, tuvo que aprender a manejar la fama y el lado B de estar en el ojo público.
A pesar del mal trance, Julieta también valoró su paso por el reality como una experiencia única: se sentía como de vacaciones adentro de la casa, con una rutina simple y protegida. Además, expresó gratitud hacia su familia, que la respaldó y defendió mientras ella atravesaba esa etapa con la “inocencia intacta” que recuperó una vez fuera.