Wanda Nara había asegurado en una entrevista con Grego Rosello que, de sus tres relaciones más destacadas (con Maxi López, Mauro Icardi y L-Gante), todos le propusieron tener otro hijo al momento de separarse, y que él le había pedido matrimonio. Esa frase generó revuelo y provocó la réplica inmediata de L-Gante.
En su versión, L-Gante dijo que sí hablaron de casamiento, pero con matices: explicó que Wanda le dijo que eran “una re pareja para la gente” y que podían “ser más”, y que en ese contexto le prometió que si él hacía las cosas bien y se casaban, ella le compraría una Ferrari.
A pesar de lo dicho, el cantante dejó claro que no se deja llevar por promesas de título bonito o regalos ostentosos: opinó que “lo que llega fácil, fácil se va” y que no le gustó que lo quisieran convencer de esa manera. También dijo que sin ese tipo de incentivos materiales, si hubieran estado convencidos mutuamente, “sin Ferrari ni nada” hubiera aceptado el casamiento de igual forma.
L-Gante reconoció que la relación fue intensa y que aprendió muchas cosas, pero que ya quedó en el pasado: no avala ciertos discursos públicos, y da por terminada la idea de aquello que se dijo. Admitió que lo que lograron fue “fabuloso”, pero que su mirada ahora está en otra sintonía, alejada de expectativas infladas y de ese tipo de “promesas”.