A su regreso al país, Wanda Nara generó un gran revuelo al sugerir públicamente que la China Suárez estaría embarazada de Mauro Icardi. En declaraciones al llegar al aeropuerto, Wanda afirmó: “Quizás muy pronto tengan la noticia que todos nos imaginamos. Me lo contó él”, provocando una ola de especulaciones mediáticas.
Inmediatamente, desde el entorno de la China se encargaron de desmentir rotundamente la versión: “La China Suárez no está embarazada, no es verdad, miente en eso”, aseguró Karina Iavícoli en Intrusos. Paula Varela complementó que “Mauro habla con ella solo por las nenas”, y no sobre esta supuesta noticia.
En diálogo con Luis Ventura, la actriz fue clara y tajante: “No solo que no estoy embarazada, sino que no está en nuestro plan inmediato”. Con este mensaje, desactivó cualquier intención de embarazo a corto plazo y marcó distancia frente a los dichos de Wanda.
La disputa puso en evidencia una estrategia comunicacional zanjada desde dos visiones: Wanda desde un ángulo fragmentario y provocador, y la China desde una postura directa y reflexiva. Más allá de las tensiones personales existentes, la palabra de la actriz busca reafirmar su presente bajo un control mediático consciente y respaldado por su entorno cercano.