Existe conexión entre el pelo y las emociones, o al menos es bastante usual que al atravesar un cambio en cualquier ámbito de nuestras vidas, vayamos simultáneamente por un cambio de look. Para algunas culturas el cabello ocupa un lugar preponderante para cada una de las personas e incluso se sostiene que absorbe energía, sobre todo la negativa.
Esto explicaría por qué cuando alguien está triste, desea “cerrar un ciclo” o pasa por una ruptura amorosa, piensa automáticamente en un corte de pelo. En palabras de Coco Chanel "Una mujer que se corta el pelo está a punto de cambiar su vida" es que, un cambio físico nos impulsa y acompaña con más fuerza a hacer el necesario “borrón y cuenta nueva”.
Un buen ejemplo del mundo del espectáculo para graficar esto, podría ser Miley Cyrus, quien tuvo grandes cambios a lo largo de su carrera -y de su vida-. Desde una cabellera larga y rubia, hasta cabeza rapada pasando por todo el resto de las variaciones posibles. A medida que fue transitando diferentes etapas laborales y personales, las acompañó con diferentes looks que tal vez, la representaban en ese preciso momento. Tiñó y cortó su pelo las veces que lo necesitó para eliminar esas “malas energías”.
Todo lo que sucede en el interior de una persona, se refleja en el exterior. De allí que no sea banal ni casual la vestimenta, los modos o el estilismo en relación al pelo. Buscamos lo que nos hace sentir bien, y muchas veces, un cambio físico ayuda a cerrar un proceso emocional.
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