Todos vimos y amamos sus películas. Se abrió paso en la industria cinematográfica a mediados de los ´90 en The Basketball Diaries y Romeo + Julieta, pero dió su salto al estrellato en 1997, cuando James Cameron lo convocó para la megaproducción Titanic, ficción que reconstruye la catástrofe del trasatlántico hundido en 1912, en su viaje inaugural.
Con el correr de los años, se supo que el rodaje no fue sencillo, con agua helada de grandes piletas que tuvieron que soportar los actores en el momento del “hundimiento”, pocas horas de luz y un dicho de Leonardo Di Caprio que quedó para la historia: “Soy el Rey del mundo”, las palabras que dice Jack cuando se sube a la baranda por la proa y abre los brazos, pero no estaban en el guión original.
Cameron, contó un dato que muy pocos sabían: “La frase se me ocurrió en el momento, cuando estaba en la grúa por filmar la escena. Nos estábamos quedando sin luz, nada nos funcionaba. Lo miré a Leo y le dije que tenía una frase para él”. Pese a la negación del galán de Hollywood, el director del film insistió: “Quiero que lo digas y que vivas el momento. ¡Tienes que vender el puto momento!’”. En ese momento, con solo 23 años, la vida del DiCaprio cambió para siempre.
