Últimamente, Luciano Castro es noticia en todos lados por sus amoríos y rupturas, que vienen dándose con una alta frecuencia.
Sin embargo, en las últimas horas reveló algo que llamó poderosamente la atención y poco tiene que ver con eso. Se trata de cuando conoció a dos de sus ídolos del boxeo. De hecho, dos grandes rivales entre si.
Evander Holyfield estuvo en una de las ediciones del Bailando y pido conocerlo: "Fue un papelón. Me acuerdo que le pedí a un amigo que me avise cuando esté ensayando solo. Cuando me dijo que era el momento me puse muy nervioso. Entré como si fuera Tinelli, eludiendo la seguridad de Ideas del Sur y la de él. Le llevé los guantes con los que debuté como amateur para que me los firme, pero como no hablo nada de inglés parecía el very difficult de Tevez".
Con respecto al otro gran ídolo que tiene, Myke Tyson, contó: "Fui a verlo en su stand up a Punta del Este, pero cuando estaba en el aeropuerto mi mujer me dijo "Gordo, no te excites ni hagas papelones, pero lo tenés sentado atrás tuyo". Así, con mi inglés patético, le pedí si le podía besar la mano y hacernos una foto. Fue terrible, porque cuando me acerqué salieron patovas de todos lados, por suerte su manager es mexicano y le pude explicar la admiración que sentía hacia él".
Luciano, además, reveló cómo surgió su amor por el deporte: "Siempre fui con mi viejo al Luna Park y escuché hablar de boxeadores. Yo no quería boxear pero me metieron en un gimnasio a los catorce años y me empezaron a pegar. Recién a los dieciocho me di cuenta que estaba metido en el boxeo como loco y que lo amaba como a todo ese mundo. En el ring no era un estilista era un peleador. Hice seis peleas amaterur, perdí cuatro y gané dos. Al final terminé trabajando de sparring y así estoy ahora: me cuesta caminar, tengo un brazo roto y un hombro se me sale de lugar"