Ale Fantino se enteró que era padre, en el medio de una avenida porteña cuando una ex pareja suya, Sandra Algarbe, le presentó a un niño de 11 años llamado Nahuel y le dijo que era su hijo y, un ADN más tarde, la noticia se confirmaba.
En aquel entonces, Fantino relataba “Es lo mejor que me pudo haber pasado en mi vida. Y cuando vos te encontrás con un hijo que no sabés que tenés, tenés que lanzarte locamente al amor. Yo, al verlo, a los 10 minutos tenía esa conexión de padre e hijo. Es una cosa que la naturaleza ordena interiormente, es una química que está. Es como un rayo que te conecta, sale del corazón de tu hijo y conecta con el corazón del padre; ocurre. Y esa conexión surgió en el momento que yo lo vi a él, que nos conocimos y creció constantemente”.
Nahuel es pausado, calmo pero de pocas pulgas, luchador de artes marciales mixtas el único contacto que tiene con el mundo del espectáculo es su padre, ya que no le interesan las cámaras ni los flashes “No quiere ni rozar el mundo en el que yo vivo, no quiere la fama... Es muy perfil bajo” revela Alejandro de su hijo Nahuel.
Ambos poseen un vínculo estrecho que construyeron y custodian en equipo, valorando cada uno, la presencia del otro en sus vidas. Esta semana, con la noticia de la flamante nueva paternidad de Ale Fantino, Nahuel tendrá un hermano de quien ser ejemplo. ¡La familia sea unida!